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y se había casado siete veces. Pero antes de tener relaciones sexuales con cada uno de sus esposos, un demonio muy malo llamado Asmodeo, los mataba. Las sirvientas le decían a Sara:

«Has tenido siete esposos y ni siquiera llevas el apellido de uno de ellos. ¡Tú eres quien los ha matado! ¡No es culpa nuestra que no tengas marido! ¡No te desquites con nosotros! ¡Ojalá te mueras sin tener hijos!»

10 Al oír esto, Sara se puso muy triste y comenzó a llorar. Subió al segundo piso de la casa de su padre, decidida a ahorcarse. Sin embargo, lo pensó dos veces y se dijo:

«No está bien que me ahorque, pues le causaré a mi padre una gran vergüenza. Seguramente la gente le dirá: “La única hija que tenías, y que tanto amabas, se mató porque no pudo soportar sus sufrimientos”. Si me quito la vida, mi anciano padre se morirá de tristeza. Mejor le pediré a Dios que me quite la vida. Así no tendré que soportar más insultos».

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